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Si me excita, no me duele / La Voz de Galicia


[...] «Porque la excitación y el orgasmo hacen que el cerebro libere opioides como las endorfinas que mitigan la percepción del dolor», explica la psicóloga Martina González Veiga, del centro de sexología Con Mucho Gusto, de Santiago. Sentir una fuerte excitación, apunta, «cambia nuestra sensibilidad corporal y la percepción de los estímulos». Ponte en situación: «Puede resultarte doloroso que te aprieten un pezón fuera de un contexto erótico. Pero la misma presión puede resultarte placentera e incluso desencadenar un orgasmo si estás excitada», dice. El gusto varía en función del contexto, y tiene su intuición.«Dolor y placer tienen una relación, comparten las vías que trasladan la información al cerebro. Y aunque este reacciona de manera diferente ante el placer y el dolor, hay una cuestión importante entre medias y es la interpretación que hacemos de lo que puede resultar placentero o doloroso. Ciertos estímulos dolorosos podemos interpretarlos como placenteros y erotizarlos; igual que una estimulación ante la que nuestro cuerpo responde con excitación podemos interpretarla como desagradable o negativa. El dolor puede dejar una zona más sensible al placer o cortarnos completamente el rollo», asegura Martina González. [...]


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